UNA PERLA RARA

La región de Charlevoix no se parece a ninguna otra. Sus relieves, su naturaleza, su reflejo fascinante en el río San Lorenzo, sus pueblos, su terruño, sus habitantes y su inimitable propensión a las cosas buenas y bellas…La región de Charlevoix es diferente a todo, hasta en su clima. Del mar a la tundra, lo invitamos a pasarlo bien en el corazón de la reserva de la biosfera de Charlevoix. Las experiencias que podrá vivir en este paisaje privilegiado convienen tanto a aquellos que saben disfrutar de la vida como a los que aman la aventura, los contemplativos y los activos. La inspiración está en todas partes y para todos. En familia, entre amigos o durante una escapada romántica, este pequeño territorio con múltiples propuestas naturales y culturales despliega sus tesoros permitiendo cambiar de ambiente o recuperar fuerzas tanto en verano como en invierno.

SITUACIÓN GEOGRÁFICA

Situada en la orilla norte del río San Lorenzo, la región de Charlevoix se extiende desde la desembocadura del río Saguenay hasta el poblado de Petite-Rivière-Saint-François. En este amplio territorio de aproximadamente 6.000 km2 se encuentran varios municipios y pueblos, cada uno más encantador que el otro, como la isla: Isle-aux-Coudres a la que se puede llegar por ferry. Huelga decir que todos estos municipios, que reúnen alrededor de 29.460 habitantes, están impregnados de una energía particular y que cuatro de ellos son miembros de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de Québec: Saint-Siméon (Port-au-Persil), Saint-Irénée, Les Éboulements y Cap-à-l’Aigle. Dado que la región de Charlevoix está rodeada por montañas y por el río San Lorenzo, ofrece panoramas y actividades para todos los gustos.

UN POCO DE HISTORIA

La región debe su nombre al padre jesuita François-Xavier de Charlevoix, primer historiador de Nueva Francia. Posee una larga tradición turística ya que a partir de 1800 comenzaron las primeras experiencias de veraneo en La Malbaie. Poco a poco, el sistema de alojamiento se fue organizando y a comienzos del siglo XX la región era tan popular que se construyó un lujoso hotel de 250 habitaciones en Pointe-au-Pic, el Fairmont Manoir Richelieu. En ese entonces, los visitantes navegaban hasta La Malbaie a bordo de barcos a vapor, verdaderos palacios flotantes. Fue la época de los barcos blancos, donde reinaban el exotismo y el romanticismo.

De esta forma, con el transcurso del tiempo se fue desarrollando una red de establecimientos hoteleros simpáticos y románticos, donde la gastronomía y la cocina regional ocupaban y siguen ocupando un lugar privilegiado. Hoy en día, estos establecimientos reflejan el carácter acogedor de una región con una larga tradición turística. No es sorprendente que en una cierta época a Howard Taft, quien se convertiría en presidente de los Estados Unidos, le gustaba decir que el aire de La Malbaie “embriagaba como el champán pero sin los dolores de cabeza del día siguiente”.

LA LENGUA

Como en el resto de la provincia de Québec, la principal lengua hablada en la región de Charlevoix es el francés. Así pues, escuchará aquí la lengua de Molière adornada con un bonito acento típicamente quebequense. Pero no debe preocuparse, a pesar de todo, los habitantes de Charlevoix saben adaptarse muy bien y podrán guiarlo también en inglés durante su estancia.

TREN DE CHARLEVOIX

En la ciudad de Québec, Baie-Saint-Paul o La Malbaie, suba a bordo del Tren de Charlevoix para disfrutar de paisajes estivales inigualables, que el majestuoso río San Lorenzo ofrece. Esta travesía sobre rieles reinventa el arte de las vistas panorámicas, ya sea para un paseo romántico o con la familia, en Charlevoix.

RUTA DEL RÍO

El río San Lorenzo, a lo largo de numerosos kilómetros de costa, ofrece un espectáculo entre los azules del cielo y del mar. Siguiendo la Ruta del Río, considerada una de las rutas panorámicas más espectaculares de América del Norte, los pueblos se suceden uno tras otro por kilómetros, entre Baie-Saint-Paul y La Malbaie, algunas veces colgados de los acantilados, otras perezosamente recostados sobre la orilla.

LA RESERVA DE LA BIOSFERA

La Región de Charlevoix, reconocida como reserva de la biosfera, es un inmenso campo de juego donde muchos van a llenarse los pulmones de aire puro. Aquí, nos gusta jugar con los elementos: tierra, mar y aire están presentes en un abanico incomparable de posibilidades, de la aventura fácil al desafío extremo, cada una al alcance de los amantes de la naturaleza, las emociones y las sensaciones. Desde la observación de las belugas en la desembocadura del fiordo del río Saguenay o, en lo alto, a bordo de un helicóptero camino a las cumbres, la experiencia es inolvidable. En efecto, la reserva de la biosfera de Charlevoix es una de las raras reservas del planeta habitada por una gran cantidad de especies fáunicas. Cérvidos y mamíferos marinos son los reyes de la región. La flora de Charlevoix es notable también por los tipos de vegetación que aquí crece: zonas de bosque boreal y taiga en tierra adentro al igual que zonas de bosques mixtos y tundra en las cumbres de imponentes paredes rocosas.

PARQUES NACIONALES

¿Tiene ganas de sentirse muy pequeño ante algo infinitamente grande, a la vez frágil e invencible, en el techo del mundo? Para esto, Charlevoix ofrece a los excursionistas y aventureros dos parques nacionales que figuran entre los más bellos de Québec. Una naturaleza inmensamente vasta que se abraza con fervor.

LOS COLORES DEL OTOÑO

¡En otoño, los paisajes de Charlevoix se visten con sus más bellos colores para regocijar la vista! En crucero, a la búsqueda de esos mamíferos marinos gigantes que son las ballenas, a pie en la cima de los parques nacionales o incluso en bicicleta por la orilla del río San Lorenzo, puede aprovechar para llenarse los pulmones con aire puro y observar los colores de paisajes de una belleza inigualable. Puede también hacer un alto en las inspiradoras galerías de arte de la región y terminar la jornada cómodamente sentado a la mesa de un buen restaurante. ¡Una receta que todos apreciarán!

CITA CON LOS PLACERES DE LA BUENA MESA

Charlevoix es uno de los destinos más apreciados de Québec por los amantes de la buena mesa. ¿Por qué? Porque la región de Charlevoix cultiva como ninguna otra el placer de la felicidad. Aquí se utilizan conocimientos ancestrales y se reinventan las formas de hacer con respeto, destreza y creatividad. ¿El resultado? Quesos muchas veces premiados. Un vino de tomates y cidras únicas en el mundo. Molinos de agua o de viento puestos nuevamente en servicio para mejorar los cereales locales. Todo esto y mucho más lo espera en Charlevoix.

LA RUTA DE LOS SABORES

Desde el este al oeste, de la Ruta del Río a las del interior, la Ruta de los Sabores multiplica las posibilidades de descubrir la riqueza de una tierra fértil y generosa. En cualquier curva del camino, los productores reciben al viajero curioso que está en busca de los placeres de la buena mesa: se deleitará así con el salchichón biológico, el pato, la panadería y los quesos artesanales. En el camino, podrá detenerse para sentarse en los restaurantes gastronómicos y bares típicos o para comprar productos originales en las tiendas de alimentos regionales. ¡Simpático por donde se mire!

LOS PLACERES DE INVIERNO

¿La receta ideal para la perfecta salida invernal? Paisajes de ensueño y muchas emociones panorámicas, un aire libre helado con miles de propuestas, una aventura en el río San Lorenzo helado haciendo kayak y el merecido descanso luego de esquiar disfrutando del bienestar y la comodidad en el spa nórdico. ¿Y sabe qué? Cada uno de estos ingredientes forma parte de experiencia del destino Charlevoix. La región por excelencia que hará del invierno quebequense su mejor amigo.

EL ESQUÍ ALPINO

Charlevoix posee dos montañas que impresionarán a los amantes del esquí alpino. En efecto, la región goza de un manto de nieve fuera de lo común. El invierno con la magia de la nieve en polvo nos envuelve y nos permite vivir múltiples sensaciones fuertes en las pistas.